¿Sabes que una de las formas más deliciosas de preparar alcachofas es confitándolas?
Con esta técnica quedarán muy tiernas y listas para añadirlas a muchos platos, dándoles un toque especial.
Una vez limpias las alcachofas y sumergidas en el aceite de oliva virgen extra, calentar en un cazo tapado procurando que el aceite esté caliente, y dejando que se formen pequeñas burbujas de aire, pero sin llegar nunca a hervir. Después de 10 minutos apagar el fuego y dejar tapado hasta que el aceite se enfríe del todo. Así el calor seguirá cocinando lentamente las alcachofas.
Una vez que el aceite esté a temperatura ambiente, envasar en un tarro de vidrio de manera que las alcachofas queden bien cubiertas por el aceite y guardar en la nevera.
Consumir dentro de 15 días. Una vez acabadas las alcachofas, puedes utilizar el aceite para aromatizar platos o para volver a confitar otras alcachofas.
Confit : palabra francesa con la que se define un método de cocción, en el que el ingrediente elegido se cuece muy lentamente sumergido en grasa y después se conserva en la misma.